En una comunidad autónoma como Galicia con una población extremadamente diseminada por el ámbito rural, dotar a la ciudadanía de conexión a internet de banda ancha se convierte en un verdadero problema para las operadoras convencionales. Por eso proliferan exponencialmente las empresas dedicadas al internet rural.
Este es un fenómeno que ya se vivió en Galicia con la necesidad de hacer llegar la luz eléctrica hasta el último rincón durante la primera mitad del siglo XX, y por eso conocemos de la dificultad inherente a la orografía y peculiaridades demográficas gallegas.
Internet Rural como herramienta de consolidación del comercio electrónico
En Galicia uno de los sectores que tiran de forma importante del carro del comercio electrónico es la industria agroalimentaria. Paralelamente al hecho indudable de que nuestra comunidad es uno de los referentes en cuanto a exportación de productos del sector primario tales como mariscos, pescados, patatas y muchos otros productos, el comercio electrónico de este tipo de bienes se ha desarrollado también de forma muy importante. Además, una pujante industria transformadora (Conservas, precocinados…) ha dado un nuevo impulso a nuestros productos que, por otro lado, gozan de una reconocida y valorada marca internacional.
Pero los problemas que acompañan al crecimiento de esta industria del ecommerce son principalmente dos: la logística, influenciada por la diseminación de las explotaciones y de las plantas de elaboración y la infraestructura de comunicaciones digitales, la banda ancha de internet, que impide un crecimiento sostenido de estos negocios en zonas alejadas de los grandes nucleos de población.
Este es uno de los puntos principales que deben llevar a las sinergias entre la iniciativa publica y privada a crear infraestructuras que lleven internet de calidad competitiva a los nucleos rurales. Pero no el único.
El sector turístico, otro foco de negocio para proveedores de internet rural (Wifi, Wimax o satelital)
Pero fuera del ámbito estrictamente agrícola e industrial existe otro sector problemático debido a la baja conectividad a internet en el rural gallego: el sector turístico.
Con un tejido de alojamientos rurales cada vez más importante y numeroso, ligado además a múltiples actividades de ocio, se hace tremendamente complicado para estos establecimientos poder realizar tareas tan habituales como la actualización de sus páginas web o la gestión de reservas online.
Este último punto precisamente requiere de una especial atención puesto que la inmensa mayoría de plataformas de “booking” (Sistema por el cual se realiza la reserva de la estancia de forma automática a través de un tercero en este caso) trabajan a través de sistemas que precisan de conectividad en tiempo real para poder realizar correctamente las transacciones.
Así, en nucleos rurales donde por su inmenso potencial turístico podrían crearse nuevos negocios que reforzasen el tejido turístico y vacacional de Galicia se convive con el problema de no poder adaptar estos negocios de forma óptima a las nuevas tecnologías. Y esto provoca una importante pérdida de competitividad frente a otros destinos.
Por todas estas razones se hace cada vez más importante poder disponer en el medio rural de conexiones a internet de calidad. Algunas empresas gallegas se han lanzado a este nicho de mercado, convirtiéndose en auténticos ISP rurales para Galicia y dotando de internet rural a zonas como Chantada, Rodeiro, Taboada, Carballeda, O Sabiñao, Monforte, Portomarín y la franja que separa a A Coruña de Camariñas. Y del mismo modo en otros lugares añadiendo otro motor económico en un sector que se encuentra en constante evolución y donde cada día surgen nuevas necesidades (y oportunidades).
